lunes, marzo 17

de mareos e inseguridades

Los pensamientos en la cabeza me pulsan como cuchillas
que se van clavando de a poco.

Todo a mi alrededor gira de una forma impresionantemente rápida
y yo sólo estoy ahí, de pie, alienada, sin poder mover un dedo.

El shock es tal por mis mareos y el malestar en general,
los ojos enrojecidos quieren soltar una nueva lágrima
pero estoy tan seca por dentro que solo puedo reprimir mi deseo
y tratar de callar mi mente.

El corazón que late en pares sigue diciendo
lo que oídos necios no quieren entender.
Cuantas taquicardias más voy a aguantar
antes de comprender que siempre se ha tratado
de mis impulsivos intentos por romper
con ese absoluto paraíso que enferma
y provoca las náuseas con todo esto que tengo.

En mi fórmula mágica, los castillos que se derrumban,
la burbuja que se rompe y todo lo que se desprende de ahí:
cursilerías, berrinches, el ego más grande del mundo,
mucho miedo, infantilismos, ansiedad y por ende...
¿la soledad que escogí?

Aquí es donde me entrar miles de dudas y mis insomnios.
¿En verdad lo escogí yo? ¿Todo esto?
¿Todo lo que grito que soy?
¿Qué tanto tengo en común con los otros
y que tanto siento que me aleja de ellos?
¿Qué significan en mi vida Simone, el existencialismo,
Dios o la ausencia de él, mis padres, el mundo en el que vivo?

Si uno no es víctima de su propio destino
¿Por qué parezco muñeca de trapo?
¿Por qué siento el cansancio de un viejo?
¿Por qué me cuesta tanto vivir?
¿Dónde quedó mi capacidad de asombro?
¿Por qué ya no creo en las cosas más elementales?
¿Qué fue lo que cambió mi perspectiva?

No es la primera vez que se me derrumba todo lo que creía.
Y no es eso lo que me quita el sueño.
Sino el por qué prefiero pasar horas frente a estas hojas en blanco
tratando de llenarlas con los hilos que desprende mi enredadísimo pensamiento
que haciendo lo que se supone que debería de hacer?
Estoy harta de estar vacía, siento que no hay nada que valga la pena..

Nunca he sido amante del pragmatismo
pero creo que en momentos como éste,
donde pierdo el brillo en los ojos,
sería de gran ayuda.
¿Qué hago? Lo que he hecho siempre,
lo único que sé hacer,
seguir respirando...
Mientras no se acabe la tinta,
mientras no me falten las noches,
mientras no pare la música.

Seguir respirando.
Y tratar de encontrar mi lugar...
Eventualmente.
Ya que pasen los mareos.

6 comentarios:

Micro dijo...

dios santo

pues que le pasa mi estimada?

usté llorele llorele, que fluya y no regrese eso.

Andriu dijo...

No dejes de respirar

y yo estoy más o menos en lo mismo pero quiero dejar de sentir eso, estoy encontrando mi vocación y afrontando la vida como viene.

ánimo :) quería poner algo filosófico pero no lo recuerdo bien asi q mejor no me quemo

por cierto una vez me robe un quiz q resolviste :P, saluditos

Andriu dijo...

y no pierdas la capacidad de asombro!

Micro dijo...

oye por cierto.

ya no es blog de "micro y compañía"

que, aunque no niego que sonaba bonito, realmente los otros "colaboradores" lo hacían más como una tarea que por amor al arte.


...de esos que hay muchos.


En fin, igual sugiero un "micromunicación debajo de la piel"

jjeje


heey reportate

Juan Carlos dijo...

también los viajes en mar tienen sus ratos tranquilos y es que siempre baja la marea

don't worry

Carly the Beat dijo...

chale, lo vuelvo a leer y me vuelve a doler el corazón