Un ensayo para la escuela.
La propia vida de Antoine  de Saint-Exupéry pareciera salida de una novela o una de esas películas  que se desarrollan en la época de la Segunda Guerra Mundial. Se cree  que murió a la temprana edad de 44 años, cuando el avión que piloteaba  durante una misión hacia los territorios franceses ocupados por Alemania,  desapareció. Tiempo después, en 1998 (por que a las personas adultas  les interesan las cifras) se encontraron cerca de Marsella los restos  de su avión y una pulsera de plata grabada con el nombre de su esposa  Consuelo, una ecuatoriana que sirvió de modelo para el personaje de  la rosa, en la que se considera su obra más sobresaliente, “El  Principito”.
Éste libro, me parece  que debería ser leído por niños y adultos ó por una persona tanto  cuando es jóven, cómo cuando es mayor. En cada una de las etapas de  la vida, “El Principito” se lee con diferentes ojos. Así  me pasó a mí que lo leí a los doce y casi diez años después tiene  un significado nuevo o mejor dicho más amplio. Por que así somos los  seres humanos. Nos la pasamos evolucionando y construyendo constantemente.  Y hablando de seres humanos, el análisis que hace el francés originario  de Lyon, acerca de lo que representa la humanidad, las cualidades, los  defectos y las características más humanas que pueden existir como  el amor y la creatividad, toca puntos filosóficos y sociológicos importantísimos,  sobre la forma en que se maneja la sociedad en nuestros días. Es una  crítica a la manera en que vivimos y a la vez una ventana que nos deja  ver que las cosas podrían ser distintas, si pensaramos más como los  niños.
Cada planeta que va visitando el personaje principal del libro contempla razgos del carácter humano. Así pasa por el planeta del rey que sólo da “órdenes razonables” a sus súbditos y dice que “hay que pedir a cada uno lo que cada uno puede dar”. A lo largo del libro nos acompañan frasesde peso filosófico y reflexivo.
- “El farolero es el único que no me parece ridículo. Quizás porque se ocupa de otra cosa y no de sí mismo”.
- “Domesticar es crear lazos… Los ritos son necesarios”
La que me parece la esencia del libro y un buen leit motiv:
- “On ne voit bien qu’avec le coeur, l’essentiel est invisible pour les yeux”
Y mi favorita:
- “Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo”.
A lo largo del libro,  Saint-Exupéry, aún siendo ateo, muestra rasgos de la educación jesuita  con la que fue formado. En el capítulo que su personaje de rubios cabellos  se encuentra con el zorro, no puede venir a mi mente sino la problemática  del amor, de las relaciones interpersonales. La metáfora de crear lazos  domesticando al otro,  involucrarse y meterse en su vida poco a  poco, compartiendo tanto las cosas buenas como las malas, confiando  en el amor que existe entre los dos.
Es un gran mensaje el  que ofrece este libro, si abrimos bien el corazón ya que como solía  decir el principito, los ojos son ciegos. Invita no sólo a dejar los  prejuicios, a llevar una vida sensata, relajada, también nos invita  a ver la realidad, pero detrás de todas las alienaciones que nos estorban.  Utilizar la creatividad, como los niños, pues ellos son los únicos  que saben lo que buscan. Son los únicos capaces de ver un cordero dentro  de una caja de zapatos.
 
 
 
 Entradas
Entradas
 
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario