jueves, agosto 17

LA IRONÍA DE LA ESPERANZA

Leer el libro de Ensayo Sobre la Ceguera, me produjo una serie de estados de ánimo muy diversos. A veces, quería patear a los personajes, por su indiferencia hacia ciertas situaciones. Otras, mi asco llego a ser tal que no me daban ganas de seguir leyendo, pero siempre pudo más en mí esa curiosidad de ver que más se le ocurría a este escritor que juega con los personajes y con nosotros los lectores. Que nos hace sentir al viejo de la venda oscura, a la mujer del primer ciego, al niño estrábico, como si verdaderamente pudieran ser nuestros vecinos, familiares o que se yo.

Además me puso a pensar una serie de cosas que van mucho más allá de la ética y la moral, creo que todo el libro esta lleno de símbolos, de pistas, signos. Los símbolos que captamos la mayoría son medio obvios, pero creo que hay un sentido muy profundo en el fondo de este escrito, que a mi parecer toca un tema importantísimo para cualquier ser humano de una forma verdaderamente creativa. Y es que el hecho de que la única persona que conserva la vista sea una mujer, me parece una señal importante. (No es que quiera resaltar el a veces tan mal empleado feminismo) Pero si creo que ahí hay algo a lo que debemos poner atención, ¿Por qué Saramago escoge a una mujer? Y más aún, este personaje, la mujer del médico, la única con la “responsabilidad de tener ojos cuando los otros los perdieron”, ¿No podría abusar de su posición, en cierta forma superior al tener un elemento físico más que los demás a su favor? ¿No podría tomar el poder? ¿Por qué no la consumió ese poder, por qué no lo deseó?

Yo creo que la intuición de Saramago vendría siendo algo así: Que en un momento de tal desesperación o de tremendo caos, cuando sólo tu puedes ver lo cruda que es la realidad, cuando te das cuenta de que nadie más lo puede ver y de

que nadie más va a hacer algo para cambiar la situación, tu humanidad quieras o no sale a flote. Tu apego a los otros y a la vida sale a flote. El “ser” humanos, no es hacer humanos. Es algo que viene implícito con nosotros, con cada uno de nosotros, venía incluso con el jefe de los malvados, que pedía a las mujeres de las otras salas y que las maltrataba, violaba y denigraba, venía con él la humanidad, solo que él no llegó a abrir los ojos , tal vez ni siquiera cuando podía ver, tal vez nunca quiso ver. A diferencia de la mujer del médico, que tal vez aunque podía abrir los ojos, no veía y cuando los demás dejaron de ver, entonces ella comenzó a hacerlo. A lo que me refiero con esto es que si la mujer del médico pudo hacerlo, y si todos aquellos hombres que “sobrevivieron” a la ceguera blanca pudieron recuperar la vista, (independientemente de que quisieran, o no volver a ver) Entonces este relato de la ceguera blanca nos viene a traer un rescoldo de esperanza, quizá medio sarcástica, medio irónica, quizá medio absurda, incoherente, truncada, ingenua, desprovista, incierta, pero a fin de cuentas es apostar por el ser humano, apostar por la vida, por la mía, pero sobre todo por la de los demás y confiar en que alguien, algún día, en alguna situación adversa o ceguera blanca, querrá ser mis ojos, solo por el hecho de que soy un humano igual a él.

Eso es lo que me deja el libro, y creo que es en lo que se basa más o menos la vida. En el otro, y no quiero decirlo de una forma muy “altruista” por que la verdad es que son muy pocos los que actúan así (aunque sería buenísimo y falta que hace), sino en una forma mucho más práctica. A que me refiero con esto: Claro que es importantísimo esto de las campañas, las misiones, la “caridad”, etc. Pero, si no podemos vivir con el de al lado, ¿De qué nos sirve? Si cada día que pasa toleramos en vez de amarnos. ¿De qué nos sirve? El amor es gratuito, el de un padre a su hijo y viceversa, el de una pareja también, amas por que sí, te entregas por que sí. Claro que te vuelves vulnerable, claro que entonces das pie a que te pudieran hacer daño. Pero eso es lo que nos hace humanos, eso es lo que hizo que la mujer del médico no perdiera la vista, el cariño incondicional y gratuito con el que guió a los ciegos y es eso lo que al mismo tiempo nos desvuelve la esperanza, después de que han jugado con ella en nuestra cara.

Y aquí lo primero es darse cuenta. Darse cuenta de que esta ceguera es la ignorancia, es el egoísmo, el individualismo y el consumismo. Y de que podemos abrir los ojos, y no ver. Y de que podemos abrir los ojos y ver, y no encontrar nada. Y de que podemos, peor aún, abrir los ojos y ver y entender, y no hacer nada. Eso sería como ser la mujer del médico, ver que todos mueren de hambre y no decirles que a su lado hay un almacén subterráneo, que ella los puede guiar. Cualquier cosa es mejor que la nada, por que la nada es estática, es infinita, es inamovible e inaplazable, por que no construye, por que no crea, no da vida y lo que no da vida
no pude ser humano. Y si no es humano, tal vez no haya espacio ni siquiera para esa burlesca esperanza medio sarcástica. ¡Haz algo! Cualquier cosa es mejor que no hacer nada, o peor aún, que no te importe nada.

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