Nouvelle Vague

Cahiers du cinema era una revista de cine francesa dirigida por André Bazin en la que comenzaron a escribir los guionistas Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, entre otros. A finales de los años cincuenta, decidieron llevar su crítica a un plano creador y formaron el movimiento cinematográfico conocido como "la Nueva Ola Francesa", en la que los directores eran los protagonistas fundamentales de la obra ya que las películas se hacían a medida que se filmaban, según la visión del director y en su proceso rompieron bastantes reglas que hasta entonces eran inquebrantables.

Sin recurrir a actores famosos, y con producciones de bajo presupuesto, estos franceses imprimieron un sello característico a su corriente cinematográfica. La improvisación en espacios cotidianos fue una pieza clave para que el cine dejara de ser mero entretenimiento y pasara a un plano artístico, ya que una de las principales innovaciones en este tipo de películas fue su habilidad para recrear las filmaciones fuera de estudios cinematográficos ayudados de las tecnologías que se implementaron en la Segunda Guerra Mundial. Así pues, con cámaras más ligeras de 8 y emulsiones más sensibles pudieron salir a filmar cámara en mano por las calles de París sin la necesidad de una luz artificial.

Jean-Luc Godard, uno de los principales exponentes de esta new wave francesa, escogió a Jean-Paul Belmondo y a la norteamericana Jean Seberg para protagonizar su ópera prima titulada Sin Aliento, cinta ícono del movimiento, filmada en blanco y negro y cargada de contenidos filosóficos existencialistas sobre la condición humana. El neorrealismo Italiano de Rossellini era gran influencia para Godard y de su propia voz dijo: “Rossellini me enseñó que, para rodar una película, solo hacen falta un muchacho, una chica y un auto”. Precisamente Sin Aliento contiene todos esos elementos. Es una clásica historia de amor entre Michel y Patricia que termina con una traición. Pero la riqueza que se encuentra en su contenido se debe a todas esas cosas fuera de lo común que caracterizan a la Nouvelle Vague (palabras francesas con las que se conoce el movimiento).

Bajo el principio de que “toda película ha de tener un inicio, nudo y desenlace, pero no necesariamente en ese orden”, Godard se brincó las leyes del cine para utilizar el plano secuencia, alterar los movimientos de la cámara, provocar asincronías y digresiones donde se desvía la idea de un diálogo para expresar algo que se aparta del tema del que se está tratando con diálogos provocativos, desenvoltura narrativa y lenguaje audaz. En el tema de la edición, Godard implementa el corte de salto y corte rápido, cuyo principio se basa en cortar pequeñas partes al azar para romper con la continuidad entre tomas y forzar al espectador a utilizar su imaginación.

Por todas estas innovaciones Sin Aliento se coloca como una obra maestra y material básico para cualquier persona interesada en el séptimo arte, ya que fue un parte aguas en la forma de hacer cine.